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Review: Halo 3

Publicado por FelypexWarez

En junio de 1999, Microsoft adquiría Bungie Studios con la intención de convertir su prometedor proyecto, previsto inicialmente para Mac y PC, en el símbolo de la nueva Xbox (que se pondría a la venta dos años y medio después). Y la jugada le salió más que bien. Gracias a un puñado de buenas ideas aplicadas con gran acierto, Halo: Combat Evolved dio alas a un género, el de los FPS, que en consolas estaba medio comatoso desde Perfect Dark. Sin carisma (tenía el protagonista más soso desde Squall) pero con una aplastante personalidad, se metió a la crítica y a mucho público en el bolsillo.

Casi sin que nos diéramos cuenta y sin pedir permiso, el Spartan 117, más conocido como Jefe Maestro, se acomodó en el Hall of Fame videojueguil. El éxito se convirtió en fenómeno (especial y básicamente en USA) y Bill Gates y los suyos encontraron ese pozo de petróleo que tanto necesitaban.

Para el cierre de la trilogía, tanto Microsoft como un montón de publicaciones han puesto la maquinaria del hype a toda leche, en ese punto donde las letras son rojas, la palanca quema y el humo te indica que la cosa puede acabar muy mal. Moulyneux también pensó una vez que el hype es el mejor amigo del hombre, pero en su segunda oportunidad ha preferido tirar de sabiduría popular y lo va a intentar con el perro. Sin embargo, para bien o para mal, Bungie no es Lionhead. ¿Qué pasa entonces con Halo 3? ¿El Jefe Maestro ha sabido sacar provecho de las expectativas o tendría que haberse pillado un chucho? Vamos a verlo.

Finish the fight

Halo 3 retoma la historia donde la dejó su predecesor. No podía ser de otra forma después del coitus interruptus que fue el final de Halo 2. Yo esperaba algo en plan “Volvemos en 30 segundos”, pero no; el muy cabrón se había acabado. Ahora, tres años, una generación y 359 Xboxes después, llega por fin el momento de terminar la batalla. Esa que ha enfrentado humanos y Covenant durante años y a la que más recientemente se unieron los asquerosos (en todos los sentidos) Flood.

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¿Véis? El argumento no necesita más presentación. Joder, es que me parece increíble la de spoilers que se sueltan últimamente en las reviews. Que no todo el mundo se ha pasado Halo 2, señores. Puede incluso que esta tercera entrega anime a alguno a iniciarse en la saga. Es como si Ikael empezara un análisis de Final Fantasy VIII diciendo “Este juego es una mierda. Después de la muerte de Aerith…”. No es plan.

Eso sí, tan cierto como que no os voy a contar el argumento es que Halo 3 tampoco te situará. Sin contacto previo con la obra de Bungie, pillarás más bien poco de la trama. No es imprescindible para disfrutar del juego, pero con lo difícil que es encontrar shooters con un argumento decente, vale la pena entender los pocos que se lo merecen. Para ponerte al día tienes varias opciones: jugar a las otras dos entregas, tirar de Youtube, buscar en foros/Wikipedia, leer una de esas reviews que lo cuentan todo menos lo que interesa…

La historia de Halo 3, aunque podría estar mejor contada y pasa muy por encima de algunos temas importantes, está bastante trabajada. En la línea de las anteriores entregas, cumple más que sobradamente con su cometido.

Johnny cogió su fusil

Como decía, este es un juego de guerra. Y guste o no, lo verdaderamente importante en este tipo de juegos es que te metan en el conflicto. Halo lo hace, vaya si lo hace, pero cómo se consigue es algo difícil de analizar. Creo que, en parte, es una cuestión de dimensiones: escenarios de varios Km2, batallas multitudinarias, naves enormes, explosiones a cascoporro… Todo es a lo grande, para que te quede clarito que no estás en una reyerta entre bandas de pandilocos por un asunto de cuernos; esto es en una jodida guerra interplanetaria y lo que está en juego es el futuro de la humanidad. Encontramos otros factores que ayudan, y muchísimo, como la tremenda intensidad de los combates, la asombrosa IA de los enemigos (y la buena-pero-no-tanto de los aliados) o la importancia de los vehículos.

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Pero sin duda, la clave está en la épica. Gladiator lo tiene todo para ser una película normalucha, pero está tocada por la gracia de lo épico (esa música, ese “fuerza y honor”, ese final) y por ello no me canso de verla. Lo que hace grande a Halo 3 (y a toda la saga) son esos momentos en los que todo parece perdido, en los que el enemigo te supera en número, la munición escasea y no sabes cómo has podido llegar a cubrirte tras esa roca después de bailar bajo una ducha de fuego1 . Pero allí, mientras tu escudo se recarga, los tambores que suenan de fondo te hacen sentir un “¡JODER, VAMOOOOOS!”. Saltas, le enganchas una granada de plasma al Brute de tu izquierda y al de la derecha, que ya estaba sin armadura, le metes 3 balas de rifle en la cabeza. Silencio. Sigues vivo. Te sientes vivo.

De todos modos, si algo nos han enseñado los juegos de acción mediocres, es que liarse a tiros sin más termina por aburrir. Y aquí es donde se introduce la otra gran baza de Halo: su tremendo diseño. Cada elemento del título está realizado pensando en el jugador, buscando maximizar la diversión y la variedad.

Un ejemplo de esto es el hecho de poder llevar tan sólo dos armas. La elección es ahora más difícil que nunca, pues el arsenal a nuestra disposición se ha incrementado considerablemente hasta llegar a rondar la veintena. Cada una tienes sus pros y sus contras, y a tí te corresponde decidir qué usar en cada enfrentamiento. Ahí tenéis el llamado “toque estratégico” que tanto gusta a niños y a mayores. Se suman, además, las torretas fijas (… hasta que las arrancamos) y accesorios como escudos de energía, bengalas cegadoras o regeneradores de escudo, que nos podrán las cosas algo más fáciles… o no, porque los Brutes también saben usarlos. Y bastante bien, en los niveles altos de dificultad2 .

La guinda la ponen los vehículos, otra de las señas de identidad de Halo. Una vez más, lo que se consigue con ellos (más allá de que personalmente me parecen divertidísimos de controlar) es incrementar la variedad del juego. En primer lugar, a nivel de situaciones y desarrollo de las misiones; momentos a pié y con vehículo se alternan constantemente a un ritmo ideal, de manera que nunca te llegas a cansar de lo uno ni de lo otro. Además, no tiene nada que ver el conducir una Brute Chopper con pilotar un Hornet, por ejemplo. Finalmente, incrementan muchísimo nuestras opciones de ataque, haciendo que cada batalla sea única (si queremos). “¿Qué hago con ese grupo de mamonazos? Podría bajar ahí y machacarlos sin más, pero es una pena desaprovechar este Warthog. Decidido, usaré el coche. Pero ¿conduzco y a ver a cuántos atropello o dejo que este soldado se ponga al volante y me quedo yo atrás con la ametralladora?”.

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El diseño de niveles es también fantástico. Los escenarios son variados, coloridos y se reparten a partes casi iguales entre abiertos y bajo techo. De nuevo, se tiene la impresión de que nada se ha hecho al azar: las zonas de cobertura son las justas y necesarias, la ubicación de enemigos, armas y vehículos es perfecta… Son detalles que no suelen valorarse lo suficiente, pero que marcan la diferencia.

Absolutamente todo es magnífico, hasta que llega el final del modo campaña. La última hora-hora y media es una incomprensible muestra de mal gusto. El tempo se rompe por completo, los errores, exportados directamente de los anteriores Halo, se suceden y tus ojos empiezan a humedecerse. ¿Cómo han podido cagarla de esta manera? ¿Cómo han podido dejar que los Flood se carguen otra vez el trabajo hecho hasta ese momento? Me esfuerzo, pero no puedo llegar a entenderlo.

Así pues, disfrutad todo lo que podáis de las primeras 8-9 horas de juego porque… “¡Eh! ¿El juego dura sólo 10 horas? ¡A la puta hoguera!”. Al modo campaña no le vendrían mal un par de misiones más, ciertamente. Aún así, Halo 3 es eterno. Rejugarlo es casi obligatorio (por las calaveras, el nuevo sistema de puntuaciones, el modo Legendario…), y si tienes Xbox Live Gold, olvídate de acostarte antes de las 2 durante los próximos meses.

Why can’t we be friends

El multijugador de Halo 3 es algo así como Dios en HD. O casi. Pensad en 10 o 12 sinónimos de awesome. Ahora sumadlos y tendréis una mínima idea de lo que suponen las opciones online de este título. Desde el increíble modo cooperativo para hasta 4 jugadores (máximo 2 por pantalla) hasta el curioso Forge (que permite “editar” el escenario en tiempo real metiendo armas, vehículos y atrezzo), pasando por absolutamente todos y cada uno de los modos más o menos tradicionales. Es que están todos los que son y son todos los que están. Deathmatch, batallas por equipos, conquistar territorios, capturar la bandera… Podría llenar páginas enteras hablando de ello, pero esto está quedando largo y tendría que haberse publicado hace una semana.

Sólo añadir que todas esas bondades referentes al diseño, a las armas y a los vehículos también valen aquí. Eso y un control cómodo, preciso e intuitivo como pocos (claro que se puede jugar perfectamente a estos juegos sin teclado + ratón. No me seais vagos, que es cuestión de práctica) se encargan de que cada partida sea divertida a rabiar, vibrante y diferente a la anterior.

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Te engañé, no había terminado.

Si aún no tienes muy claro que significa esto de la Comunidad en el contexto de los videojuegos, aquí encontrarás mejor explicación hasta la fecha. Nunca un juego había aplicado este concepto de una forma tan magistral como Halo 3. La posibilidad de guardar vídeos y capturas de tus partidas, compartir ese material, poder consultar cualquier información en Bungie.net… es algo que echaremos mucho de menos en el resto de juegos. Un diez en este sentido.

Ahora sí, pasemos a otra cosa.

I don’t BELIEVE in miracles.

Si es rápido, duele menos: los gráficos de Halo 3 son decepcionantes. No cumplen, y punto. Pero tampoco son malos, no jodamos.

Hay cosas maravillosas, como la impresionante iluminación, la mayoría de texturas, efectos como el agua o las explosiones, la bestial extensión de los mapas (aunque esto no es nada nuevo en la saga, por mucho que algunos nos lo quieran vender como tal) o la ingente cantidad de enemigos, aliados y vehículos de ambos bandos llegan a darse reunión algunas batallas. Todo esto se mueve, además, con una suavidad y una estabilidad intachables.

Desgraciadamente, en el otro lado de la balanza hay una falta de carga poligonal imposible de disimular, un aliasing imperdonable, problemas de clipping, algunas texturas mediocres y animaciones (sobretodo faciales) realmente mejorables. Es cierto que el aspecto de esta saga nunca se ha caracterizado por buscar el fotorrealismo, pero ni en broma se pueden justificar estos defectos catalogándolos de “cuestiones de estilo”.

El conjunto es, en definitiva, un apartado técnico es de notable justito. 7-7,5, más o menos. Y aunque no está mal, no es lo que se espera de un abanderado de la next-gen. Uno se queda con la impresión de que en futuras discusiones, Halo 3 será usado como ejemplo para defender que los gráficos no importan tanto (cosa terriblemente falsa, por otro lado, como sabe todo graphic whore hombre puro). Y es una pena, la verdad.

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La música también es parecida a la de Halo 2, pero eso es bueno. Las distintas versiones del contundente y 100% épico tema principal3 son las protagonistas de una banda sonora excelente y cohesionada. El piano cobra más importancia que nunca y compensa el hecho de que se hayan rescatado tal vez demasiados temas de la anterior entrega. Así, Martin O’Donell cierra un ciclo y puede sentirse orgulloso después de componer una de las mejores bandas sonoras de videojuego de los últimos años.

Completan un apartado sonoro impecable los geniales efectos (acojonante escuchar por los altavoces traseros el silbido de las balas que pasan rozando) y un doblaje muy bueno en inglés y correcto en castellano ¿neutro? ¡Noooorl! Esta vez no habrá bromas sobre el Chavo del Ocho ni nos cagaremos en la concha de la madre de nadie. Wey.

Reflexiones de esas que generan debates profundos y molones.

El juego online es un lobo con piel de cordero. Va de hardcoreta, pero por su mecánica y falta de profundidad, es de lo más casual. De hecho, no me sorprendería nada que se aliara con los no-juegos para dominar el mundo. Cabrones…

Y que conste que a mí me encanta, ¿eh? Pero considero que jamás debería de eclipsar (y muchísimo menos sustituir) a los “modos Historia”. Y ahí Halo 3 tiene un problema. Como sucedía con su predecesor, el multijugador deja en evidencia al modo campaña. Al primero es casi imposible ponerle pegas, mientras que los fallos del segundo son tan fáciles de encontrar como difíciles de pasar por alto.

En una interesante charla, Xavi me convenció de que a la hora de analizar un juego, hay que tener en cuenta el presente; el impacto que causa y la experiencia que supone en ese momento. Parece (y seguramente es) evidente, sí, y por eso no he considerado la superioridad del multiplayer como algo negativo. No obstante, también considero oportuna la siguiente observación: el modo on-line es perecedero, casi por definición. Si dentro de diez años te pilla la vena retro y quieres recordar cómo pateabas culos cuando eras joven, encontrarás una única partida con un esquimal que por fin puede robar Wi-fi y su recién adquirida trisisty de 5ª mano. Yo pienso que una obra maestra debe perdurar, y no tenerlo (descuidar el modo offline, en este caso) en cuenta indica falta de ambición. ¿Es esto una similitud o una diferencia entre videojuegos y arte?

Finish the review

Desde el respeto: hay que estar realmente mal de criterio y/o de pasta para ni siquiera plantearse el cascarle un 10 a este juego. Su apartado técnico y su irregular modo campaña separan el título de Bungie de esa nota. Pero tampoco se queda muy lejos, ya que las virtudes ganan por goleada en cantidad y en importancia.

Es imposible que Halo 3 decepcione a los fans de la saga, pues es el resultado de elevar al cubo y sumar lo mejor de cada Halo (la campaña del primero y el multijugador del segundo). Sin duda, una de esas fórmulas ganadoras de la que no podía salir más que un juegazo. Dentro de unos años seguirá ocupando un puesto de honor en el catálogo de Xbox 360. Dentro de unos años, muy probablemente, seguirá proporcionando horas de diversión.

Apuntad, si no lo habíais hecho ya, otro candidato a GOTY.

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    Ficha técnica
    Plataforma: Xbox 360
    Desarrollador:Bungie Studios
    Distribuidor:Microsoft Game Studios
    Género: Acción
    Código PEGI: 18+
    Precio: Ed. Normal 64,95 € - Ed. Limitada 74,95 € - Ed. Legendaria 119,95 €
    Idioma: Voces y textos en castellano
    Fecha de salida: 26/09/2007
    Web oficial:Disponible